La Confianza
“Tres cosas son necesarias para poder gobernar: armas, comida y confianza. Si no se pueden tener las tres, se debe abandonar primero las armas y en segundo lugar la comida.” Confucio
En una sociedad tan convulsionada, la confianza debe ser el gran soporte de la convivencia pacífica. Esta convivencia debe desarrollarse en los tres escenarios básicos del quehacer de todos y cada uno de los seres humanos. La confianza, emerge del comportamiento de la persona, frente a un evento particular.
En el mundo empresarial, la confianza es definitiva, ya que, esta motiva y estimula el compromiso de todos los colaboradores. ¿De dónde debe partir la confianza? Definitivamente del líder. Las personas que inician procesos al interior de las empresas, experimentan sentimientos de miedo e inseguridad, en razón a la incertidumbre que genera lo desconocido. Su líder, en primera instancia, puede convertirse en un símbolo de temor.
Esta situación, en la actualidad, no debe ser una constante. “El jefe ya no asusta de la misma forma como lo hacía en el pasado y parece haber perdido su capacidad de lograr rendimientos máximos. Es más, comenzamos a entender que, si bien el miedo era un elemento de presión frente al trabajador manual, que lo impulsaba a producir más, no ocurría lo mismo con el trabajador no manual. Bajo la influencia del miedo el trabajador no manual rinde menos. En vez de expandir su capacidad de acción, la contrae”. (Echevarría 2012. Pág. 107)
El trabajador no manual, es aquel que se aleja de la rutina y, por lo contrario, desarrolla acciones creativas e innovadores. Es fundamental ser consciente, de que construir confianza, no es sencillo. Hay que enfrentar las características individuales de cada persona.
“Todas las demás relaciones sociales que no se basan en la fuerza requieren sustentarse en la confianza. Éste es el elemento unificador básico, el que hace de “cemento” en la relación. Si no hay confianza, es difícil concebir una relación entre el padre y el hijo, entre los miembros de una pareja, entre el maestro y el alumno, entre amigos, entre el médico y el paciente, entre integrantes de un mismo equipo de trabajo, entre gobernantes y gobernados, etc. Sin confianza, cada una de esas relaciones se ve comprometida y tenderá a disolverse” (Echevarría 2012. Pág. 110)
Como generar confianza
Las relaciones humanas sólidas y de largo alcance, se construye con base en principios y valores. Lo real y cierto, es que todos los seres humanos somos diferentes, ya sea por la complejidad o simplicidad del pensamiento, y/o, por la intensidad del sentimiento. Estos dos aspectos, pensamientos y sentimientos, son la fuente primordial del comportamiento. De la manera de cómo se comportan las personas, se define si debe ser un sujeto de confiar, o no. La percepción es subjetiva, razón por la cual, la confianza, igualmente lo es. Es individual y autónoma.
El respeto, la colaboración, la comprensión, la humildad, la sinceridad, entre otros, son los valores que permiten construir relaciones auténticas y transparentes. La diferencia, debe ser tratadas por medio de valores. La confianza nace, cuando las acciones evidencian el cumplimiento de los valores, y se traduce en un acto de fe y de credibilidad. Es a partir de este momento, en el que las personas confían.
Resumiendo, para construir confianza se requiere que el comportamiento percibido, genere credibilidad entre las partes. Esto se logra cuando se cumple a cabalidad lo que se ofrece, cuando se es auténtico en la conducta, y cuando se es constante en el tiempo.
Bibliografía
Echevarría, R. (2012). La empresa emergente: la confianza y los desafíos de la transformación. Buenos Aires: Ediciones Granica.
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